Adolfo Córdova es un personaje trascendental para la historia del desarrollo profesional de la arquitectura peruana, así como del desarrollo de la visión crítica sobre los problemas nacionales más apremiantes. Sus primeros aportes se registran en su etapa universitaria, cuando era estudiante de tercer año de la Escuela de Ingenieros (hoy Universidad Nacional de ingeniería). En 1945 crea junto a otros compañeros el Centro de Estudiantes de Arquitectura- CEA, desde donde conforma la Junta Mixta de Reforma de la Escuela de Ingenieros, en el marco de la nueva Ley Universitaria, la cual exigía que haya participación estudiantil en la toma de decisiones políticas en las universidades, además de su participación en la tacha de malos profesores y la adecuación de la malla curricular.
Logró realizar sustantivas reformas a la malla curricular de la carrera de Arquitectura y el enfoque de enseñanza, se acercó la profesión de arquitecto al mundo real, y en específico a los problemas sociales sobre la vivienda y la construcción de las ciudades en el Perú. Así, gracias al esfuerzo de los alumnos y el CEA, se sentó las bases para una enseñanza más holística, y por primera vez los cursos de urbanismo, aunque orientados al diseño urbano, se instauraron en la especialidad de arquitectura y en la academia peruana.
Años más tarde, siendo Adolfo Córdova ya un prometedor joven arquitecto, la Comisión para la Reforma Agraria y Vivienda – CRAV, en paralelo al encargo de Matos Mar, le encargó, en octubre de 1956 la realización de un informe sobre el estado de la vivienda en el Perú. Para la sorpresa de la CRAV, Córdova concluyó que los problemas de vivienda eran más que técnicos, eran estructurales y se debían sobre todo a la pobreza en la que estaban sumergidas las clases trabajadoras, el subdesarrollo del país y las desigualdades imperantes. Entonces, la solución era transformar la organización de la economía peruana, aumentar la capacidad de pago en la clase trabajadora y que los ofertantes reduzcan sus costos de vivienda (Córdova, 1958).
Gracias a sus ideales, creó en la Universidad Nacional de Ingeniería el Taller de Asistencia Técnica – TAT, desde donde se ofrecía asistencia técnica a los barrios populares. Córdova estaba convencido de que la formación de arquitectos e ingenieros debía responder a la necesidad real de la población.
Durante su larga y fructífera vida, Adolfo Córdova siempre estuvo presto a recibir y orientar a estudiantes y profesionales. Siempre con humildad y un gran sentido del humor y generosidad.
¡Hasta siempre Adolfo Córdova Valdivia!
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